Hace unos días una muy querida amiga me planteó tajantemente: “A mi parecer, el equilibrio entre vida personal y laboral es un absurdo.” Su comentario me dejó absolutamente sorprendida, ya que mi amiga es una gran madre y profesional, que cuenta con mi admiración y respeto tanto en el ámbito personal como profesional. Su comentario me hizo reflexionar intensamente sobre esta temática, que emerge frecuentemente en mis sesiones de coaching, como uno de los desafíos contemporáneos más presentes en nuestras vidas.
¿Podemos hablar verdaderamente de “equilibrio” entre vida personal y laboral? En una reciente entrevista, Simon Sinek, un conocido escritor y charlista inglés, planteó que él no se sentía cómodo hablando de “equilibrio” entre vida personal y laboral, porque la palabra equilibrio se refiere a balancear dos fuerzas opuestas.
Si miramos la vida personal y laboral como dos fuerzas en constante oposición, esta búsqueda de equilibrio entre ambas se convertirá en otro factor de stress en nuestra lista, una nueva preocupación más con la cual tenemos que lidiar. Además, si visualizamos la vida personal y laboral como opuestos en constante conflicto estaremos agobiados por la autocrítica de no cumplir con un ideal de equilibrio, en lugar de abrirnos a descubrir maneras de abordar nuestra vida y nuestra realización personal de forma asertiva e integral.
¿Cómo podemos cambiar la mirada y visualizar el equilibrio entre vida personal y laboral desde el autocuidado en lugar de la autoexigencia? A continuación, les comparto algunos aspectos claves a tener cuenta para liberarnos de la autocrítica y abrirnos a definir acciones que contribuyan a lograr un mejor equilibrio en nuestras vidas:
- Identifica y expande tu Red de Apoyo: ¿Quiénes son las personas en las cuales te puedes apoyar si es necesario? Muchas veces creemos que estamos solos y necesitamos de una crisis para darnos cuenta de quienes están ahí para nosotros. No esperes la crisis, identifica tu red de apoyo y ábrete a expandirla cada vez que sea posible. Aprende a pedir ayuda y reconocer que como ser humano no puedes “estar en todas.” Cuando hablo de red de apoyo, me refiero a todos los ámbitos en los cuáles tú puedes necesitar ayuda, ya sea el cuidado de los niños, de un adulto mayor, contención emocional para los momentos de vulnerabilidad, apoyo en los quehaceres domésticos, apoyo financiero, o cualquier tipo de apoyo que tú pienses que eventualmente podrías necesitar. Existen redes de apoyo habituales y otras más de “emergencia,” es importante visualizar ambas con claridad para alivianar la carga mental que se genera al sentir que estamos solos.
- Conoce y acepta tus límites: El autoconocimiento es clave para saber cuándo detenernos, cuándo el nivel de actividad supera nuestra energía disponible, cuándo es necesario recargar energía y simplemente descansar. Escucha las señales de tu cuerpo, observa tus emociones y pensamientos, y podrás reconocer tus límites. ¿Cuántas horas al día puedes efectivamente trabajar? ¿Cuánto tiempo puedes dedicar a labores domésticas? ¿Con tu esquema actual de actividades, cómo describirías tu salud mental? Es importante que estas preguntas las reflexiones y contestes con sinceridad, ya que son la clave para reconocer tus límites.
- Comunica y establece acuerdos en línea con tus límites: Una vez que hayas reconocido tus límites es fundamental que aprendas a comunicarlos a tu entorno.
- Conversa con tu equipo de trabajo y establezcan un consenso de horarios para las reuniones, llamadas y mensajes. Durante la pandemia se ha observado un evidente aumento de horas trabajadas ya que la modalidad online nos facilita el estar constantemente conectados y tecnológicamente disponibles. Esta evolución tecnológica tiene claros beneficios, pero conlleva un importante nivel de responsabilidad y autogestión. Existe en este desafío una clara oportunidad para aprender a reconocer y comunicar nuestros límites con transparencia, y tomar un rol activo en la gestión de nuestro tiempo.
- Conversa con tu familia y amigos, transparenta tus necesidades y tus límites. No sólo con tu equipo de trabajo es necesario establecer acuerdos relacionados a tu disponibilidad de tiempo y recursos. Igual de importante es hacerlo con tu familia, amigos y vecinos, para cuidar tu espacio y energía.
- Bloquea tiempo en tu agenda para el autocuidado. Desde una mañana de sábado deportiva hasta cinco minutos de respiraciones conscientes cada mañana al levantarse, agenda y mantén recordatorios de autocuidado que se adapten a tus necesidades, con el tiempo se convertirán en hábitos que se traducirán en mejor calidad de vida.
- Privilegia calidad sobre cantidad. Muchas veces decimos que no tenemos tiempo para cocinar algo saludable, desarrollar hobbies, leer un libro o meditar, sin embargo dedicamos sin consciencia horas a revisar nuestras Redes Sociales accedemos a contenido que simplemente nos “desconecta” pero no nos nutre. ¿A qué dedicas efectivamente tu tiempo libre?
- Observa en qué inviertes tu tiempo: Realiza el ejercicio de observar lo que haces el fin de semana, identifica con total transparencia y sin juicio cómo inviertes tu descanso, y prioriza lo que aporte calidad a tu vida.
- Observa qué tan presente estás en cada momento. Observa el tiempo que compartes con tus seres queridos, hijos, pareja, padres, amigos y equipo de trabajo. ¿Qué parte de ese tiempo estás verdaderamente presente? Evalúa si es mejor estar menos tiempo pero con verdadera presencia, generando momentos inolvidables para ti y para ellos.
Podemos transformar nuestra mirada, e identificar cómo la vida personal y laboral se complementan e incluso son ámbitos que se nutren el uno al otro. Más allá del claro beneficio económico que nos proporciona trabajar, también nos entrega beneficios cognitivos, a nivel relacional nos abre a conocer personas fuera de nuestro círculo de familia y amigos, y el llevar a cabo proyectos o cumplir objetivos nutre nuestro sentido de autorrealización.
Lo que hacemos fuera del trabajo también nutre nuestro desempeño en el trabajo. Nuestros hobbies artísticos contribuyen enormemente a la creatividad e innovación, nuestra paternidad o maternidad contribuyen a desarrollar nuestras cualidades de liderazgo, escucha activa y paciencia, y nuestro bienestar emocional contribuye a un mejor clima laboral.
La verdad es que nunca he conocido a una persona que considere que tiene un equilibrio perfecto entre vida personal y laboral. Después de todo, creo que la afirmación de mi amiga “a mi parecer, el equilibrio entre vida personal y laboral es un absurdo,” es completamente cierta si pensamos en el equilibrio como un objetivo o un nivel de perfección. La perfección no existe, el equilibrio perfecto no existe. La vida, dentro y fuera del trabajo es una constante búsqueda por el equilibrio, un constante movimiento donde a base de prueba y error vamos aprendiendo a organizar y abordar de mejor manera nuestras actividades cotidianas.
Si soltamos el perfeccionismo y vemos el equilibrio entre vida laboral como un proceso y no como un objetivo fijo, podremos disfrutar nuestros avances, dejar atrás la carga de la autocrítica y abrirnos a encontrar acciones nutritivas que promuevan nuestra sensación de equilibrio en los distintos ámbitos de nuestras vidas.
Claudia Vallejos Larrondo
Coach Orgánica, Ingeniero Comercial
Instagram: @clauvallejoscoach